domingo, 1 de agosto de 2010

CIELO Y TIERRA
Es por muchos conocida la frase “Lo que es arriba es abajo”

Hacemos parte de un todo y en él se desarrolla la primera fase de la percepción, los referentes, estableciendo la dualidad. Así el tiempo y la distancia se hace evidente entre el claro oscuro, el frio y calor, arriba y abajo, el yin y el yang.

En oriente se estima que todos los seres estamos hechos de tierra
(materia, esencia y energía yin) y cielo (Espíritu, Shen y energía yang). En el momento en que el cielo fecunda la tierra surge el ser con todo un complejo sistema, conformado de órganos y vísceras como centros energética y físicamente funcionales que, en su conjunto, aportan la individualidad de cada ser.



Este sistema comprende 5 elementos básicos, a partir de ahí y en función de la relación entre estos y el equilibrio que se logre establecer o preservar, se definirá también el estado de salud o enfermedad, aunque estos últimos tengan luego connotaciones mas complejas.


Este sistema de cinco elementos es común a todos los organismos, seres y procesos, a todos los niveles, generando cinco relaciones básicas, cinco direcciones, cinco movimientos.

Los cinco movimientos son una disposición de procesos naturales con sus correspondientes sabores, colores, vibraciones y aromas diferentes, tejiendo y desplegando una fantástica red de vida. A cada movimiento le pertenecen caracteres y emociones, que moldean el sentir, pensar y actuar del ser. Desde cada órgano o víscera donde se aloja una emoción se define gran parte de los procesos de salud o enfermedad, equilibrio y armonia, que posteriormente trae consigo las consecuentes manifestaciones físicas en el cuerpo, que en occidente son tratadas normalmente con medicina alopática.
En cada molécula, de cada célula, formando órganos, cuerpo, ser individual, entorno familiar, sociedad y hasta naciones, desde lo micro hasta lo macro, se proyecta el equilibrio.
Las terapias energéticas son métodos que en algunos casos han estado evolucionando durante miles de años y hoy nosotros nos podemos beneficiar, y servir de ellas para restablecer, mantener el equilibrio y conservar nuestra energía vital. Tenemos suerte de contar con este conocimiento, milenario y ancestral.

Consu Sanabria
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