La enseñanza del cervatillo
Un día el Cervatillo sintió la llamada del Gran Espíritu que se encontraba en la Montaña Sagrada. El Cervatillo inició inmediatamente su jornada, sin imaginar que un terrible demonio cuidaba la entrada del camino que llevaba a la morada del Gran Espíritu. El demonio estaba intentando impedir que todos los Seres de la Creación se aproximaran
a él. El demonio quería que todos los seres vivos pensaran que el Gran Espíritu no deseaba ser perturbado. Esto dejaba al demonio satisfecho, pues se sentía poderoso y temido.
El pequeño Cervatillo no sintió el menor miedo, no se asustó cuando vio al demonio, era el arquetipo más horrible de los demonios que ya habían existido. El demonio escupió fuego y humo sobre el Cervatillo e intentó atemorizarle con gritos terribles.
Cualquier otra criatura habría muerto de miedo o intentado escapar lo más rápido posible, pero el Cervatillo no hizo nada de esto. Él se limitó a pedir gentilmente al demonio:
- Déjeme pasar, por favor. Yo quiero ver al Gran Espíritu.
Los ojos del Cervatillo estaban repletos de amor y compasión por este demonio tan grande y tan feo... El demonio se quedó totalmente desconcertado con la actitud del Cervatillo y con su propia incapacidad de asustarle. Nada que él pudiera intentar podría amedrentarle, pues el amor del Cervatillo había penetrado su corazón triste, frustrado y atormentado.
Para su propia consternación sentía que el corazón de piedra comenzaba a ablandarse con el amor y la gentileza persistentes del Cervatillo, de modo que el cuerpo antes gigantesco del demonio encogió al punto de quedarse del tamaño de una cáscara de nuez.
El pequeño Cervatillo no sintió el menor miedo, no se asustó cuando vio al demonio, era el arquetipo más horrible de los demonios que ya habían existido. El demonio escupió fuego y humo sobre el Cervatillo e intentó atemorizarle con gritos terribles.
Cualquier otra criatura habría muerto de miedo o intentado escapar lo más rápido posible, pero el Cervatillo no hizo nada de esto. Él se limitó a pedir gentilmente al demonio:
- Déjeme pasar, por favor. Yo quiero ver al Gran Espíritu.
Los ojos del Cervatillo estaban repletos de amor y compasión por este demonio tan grande y tan feo... El demonio se quedó totalmente desconcertado con la actitud del Cervatillo y con su propia incapacidad de asustarle. Nada que él pudiera intentar podría amedrentarle, pues el amor del Cervatillo había penetrado su corazón triste, frustrado y atormentado.
Para su propia consternación sentía que el corazón de piedra comenzaba a ablandarse con el amor y la gentileza persistentes del Cervatillo, de modo que el cuerpo antes gigantesco del demonio encogió al punto de quedarse del tamaño de una cáscara de nuez.
El amor, la compasión y el cariño personificados por el Cervatillo abrieron el camino para que todos los hijos del Gran Espíritu pudieran alcanzar la cima de la Montaña Sagrada, sin que el demonio del miedo consiguiera impedir su paso.
El Cervatillo nos enseña a usar el poder de la gentileza para tocar los corazones y las mentes de todos los seres frustrados por la existencia.
El Cervatillo nos enseña a usar el poder de la gentileza para tocar los corazones y las mentes de todos los seres frustrados por la existencia.
Así como existen pequeñas manchas blancas y negras en el pelaje del Cervatillo, debemos aceptar y amar tanto la luz cuanto la oscuridad para que seamos capaces de crear un mundo de amor y seguridad.
FELIZ AÑO DEL CONEJO DE METAL Y GATO!!!
Hemos entrado en el año del Conejo de Metal, hoy 3 de febrero, y hasta el 22 de enero de 2012 (las fechas exactas varían según el continente)
viviremos la energía de este animal. El Conejo simboliza la gracia, la bondad, los buenos modales y la sensibilidad. Según las perspectivas humanas y la astrología oriental, hay un mamífero similar a este roedor que es el Gato doméstico. En la cultura del Antiguo Egipto era considerado un animal divino y protector contra las energías negativas, al pasar los años y los siglos y la conexión comercial de occidente a oriente en la antigua Vietnam el Gato también tuvo una consideración especial, pues en el calendario en vez del Conejo o la Liebre este felino lo restituía hasta la conquista del Imperio Chino gobernado por famosas dinastías como la Dinastía Xia, la Dinastía Shang, la Dinastía Zhou y entre otros como la de Haggis Kang, que al descubrir este mamífero en el calendario pues fue incorporado después a dicha astrología.
En la Edad Media, cerrada todavía por la ignorancia, el Gato era considerado tal vez parte de la brujería, según los mitos medievales las mascotas preferidas de las brujas. Esto era lo contrario del Antiguo Egipto que era diferente y en aspecto positivo. Pero con el paso de los años y de los siglos, hoy en día incluso en esta cultura oriental como a nivel universal el Gato es considerado también el mejor guardián del hogar, la dulzura y la ternura, al igual que el Conejo o la Liebre.
Éste es un año quieto, de serena sensibilidad, donde lo sofisticado, lo leve, la concentración, lo meditativo serán los mejores motores de nuestras vidas, y las actitudes y actos que van a ofrecer mayores frutos.
A pesar de los problemas que nos aquejan, no hay que tener prisa en el año del conejo, pues todo se dará, para bien, pero en su hora y momento. De hecho, toda salida de tono, todo paso en falso, toda innecesaria prisa, serán castigados con el fracaso.
Es, pues, un año, para la diplomacia y el diálogo, la cultura y el buen trato. Un periodo para manejar, en la mejor de las maneras, las relaciones humanas, pues los cambios y los obstáculos provendrán de personas muy concretas, a las que no se debe enfrentar sino rodear, convencer, ganar para nuestra causa.
Nuevo año chino en los próximos doce años
- 23 de Enero de 2012: año del Dragón
- 10 de Febrero de 2013: año de la Serpiente
- 31 de Enero de 2014: año del Caballo
- 18 de Febrero de 2015: año de la Cabra
- 8 de Febrero de 2016: año del Mono
- 28 de Enero de 2017: año del Gallo
- 15 de Febrero de 2018: año del Perro
- 5 de Febrero de 2019: año del Cerdo
- 25 de Enero de 2020: año de la Rata
- 12 de Febrero de 2021: año del Búfalo
- 1 de Febrero de 2022: año del Tigre
- 22 de Enero de 2023: año del Conejo
Algunas leyendas dicen que la libélula fue una vez un dragón y que el dragón poseía las escamas parecidas a las alas de una libélula.
El dragón estaba lleno de sabiduría y volaba a través de la noche dando luz con su fiero aliento. El aliento del dragón daba a conocer el arte de la magia y de la ilusión de las formas cambiantes.
Entonces el dragón quedó atrapado en su propia fachada.
El coyote engañó al dragón para que cambiase su forma y adquirió la forma de
Morir o renovarse!!!
El gran vuelo de transformación del águila…
Sus uñas están apretadas y flexibles y no conseguían agarrar a sus presas y cada vez les era más difícil conseguir su alimento.
Su pico largo y puntiagudo se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas; volar se hacía muy difícil!
Por tanto, el águila tenía solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que duraría 150 días con sus noches.
El águila iniciada debía volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenía la necesidad de volar.
Después de encontrar ese lugar, el águila comenzaba a golpear su pico en la pared fuertemente hasta conseguir arrancarlo; luego debía esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprendería una a una de sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, tendría que empezar a arrancar sus plumas viejas.
Después de encontrar ese lugar, el águila comenzaba a golpear su pico en la pared fuertemente hasta conseguir arrancarlo; luego debía esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprendería una a una de sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, tendría que empezar a arrancar sus plumas viejas.
Finalmente, después de estos largos cinco meses el águila estaba preparada para lanzarse a su vuelo de renovación, y empezar una nueva etapa en su experiencia de vida.
En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria; debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causan dolor...
“Vivir para morir y morir para vivir”
Los puercoespín dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos. De esa manera se abrigarían y protegerían entre sí, pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto decidieron alejarse unos de otros y empezaron a morir congelados.
Así que tuvieron que hacer una elección, o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra. Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con una persona muy cercana puede ocasionar, ya que lo más importante es el calor del otro.
De esa forma pudieron sobrevivir.Moraleja de la historiaLa mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en que cada individuo aprende a vivir con los defectos de los demás y admirar sus cualidades.
El amuleto
Comprobó, después de mil tropiezos, que siempre era la misma piedra la que lo hacía tropezar. Su sensación de haber estado avanzando era sólo imaginaria. Luego de cada tropiezo caía en el ensueño de estar avanzando; pero cuando se disponía a dar tan sólo un paso real, volvía a encontrar la misma piedra, el mismo tropiezo. Logró finalmente avanzar cuando reconoció en la piedra al mágico amuleto que siempre le había estado pidiendo acompañarlo en su camino... d
Hermoso Adiós
A la orilla de un lago meditaba un anciano maestro. Su misión de enseñanza estaba cumplida y su muerte física era inminente. Una mariposa recién nacida fue a posarse sobre la santa cabeza del maestro, donde resplandecía la flor de loto de mil pétalos cuya silenciosa sabiduría se derramaba sobre quien quisiera oír. El anciano, usando toda su energía, se transmutó en un ser microscópico que la mariposa se llevó, profundamente halagada, en una de sus patas, volando en infinitos espirales...
LA PAZ PERFECTA
Había una vez un Rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta.
Muchos artistas lo intentaron. El Rey admiró y observó todas las pinturas, pero solo hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo, era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban.
Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura, también tenía montañas, pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual brotaba un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.
Todo esto no se revelaba para nada pacífico.
Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido.
Allí en el rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en medio de su nido...
Paz perfecta.
El Rey escogió la segunda.
Y explicó a sus súbditos el porqué: Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro ni dolor.
Paz significa que a pesar de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón.
Creo que este es el verdadero significado de la paz.
Cuando encontremos la paz en nuestro interior, tendremos equilibrio en la vida.
Una noche, mientras se hallaba en oración, el hermano Bruno se vio interrumpido por el croar de una rana. Pero, al ver que todos sus esfuerzos por ignorar aquel sonido resultaban inútiles, se asomó a la ventana y gritó: “¡Silencio!”
Y como el hermano Bruno era un santo, su orden fue obedecida de inmediato: todo ser viviente acalló su voz para crear un silencio que pudiera favorecer su oración.
Pero otro sonido vino entonces a perturbar a Bruno: una voz interior que decía: “Quizás a Dios le agrade tanto el croar de esa rana como el recitado de tus salmos…” “¿Qué puede haber en el croar de una rana que resulte agradable a los oídos de Dios?”, fue la displicente respuesta de Bruno. Pero la voz siguió hablando: “¿Por qué crees tú que inventó Dios el sonido?”.
Bruno decidió averiguar el porqué. Se asomó de nuevo a la ventana y ordenó: “¡Canta!” Y el rítmico croar de la rana volvió a llenar el aire, con el acompañamiento de todas las ranas del lugar. Y cuando Bruno prestó atención al sonido, éste dejó de crisparle, porque descubrió que, si dejaba de resistirse a él, el croar de las ranas servía, de hecho, para enriquecer el silencio de la noche.
Y una vez descubierto esto, el corazón de Bruno se sintió en armonía con el universo, y por primera vez en su vida comprendió lo que significa orar.
“La Oración de la Rana”, de Anthony de Mello